Aio
De la tierra trabajada se derrama su fruto en gotas elaboradas con pasión. Rojo líquido madurado bajo el sol que reposa entre brazos de roble. En la quietud, su espíritu se nutre de aromas y sabores. Y al despertar llena con su esencia las copas de emociones. Así habla con elegancia de su carácter selecto, reafirmando una extraordinaria personalidad.
Aio, alma de la tierra,
alma de vino.
Pedro Sarrión
enólogo
Criado en barricas nuevas de roble francés durante 14 meses. Vino varietal muy exclusivo con gran concentración de color, aromas y sabor, para personas exigentes que quieran degustar un vino de guarda, potente y complejo.
Pedro Martínez
sumiller, nariz de oro 2001
La primera impresión por embalaje y presentación es muy muy buena. Esta muy acertada, moderna, elegante, actual... Es un valor diferenciador.
En cuanto al vino la primera impresión es de una buena capa y color de alta intensidad sin ningún síntoma de evolución, aguanta muy bien la larga crianza en barrica y el tiempo en botella.
En la fase olfativa destaca la buena crianza y la buena utilización de barricas francesas. La expresión de fruta esta en segundo lugar bien sopesada. En boca es agradable al encuentro, con buen centro de boca donde acidez-frescura, asperezas-tanino de fruta y madera, y peso del vino dialogan en una buena armonía.
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idiomas Español, Inglés y Chino